domingo, 24 de junio de 2007

Los primeros pasos

Mi vida de mercenario me trajo muchos problemas a lo largo de mi vida, pero aun recuerdo el inicio de mi primer gran viaje, hace mucho tiempo atrás…

Creí que era un día cualquiera, el sol entraba por mi ventana junto con la brisa mañanera, sentía a la gante caminando por los alrededores, percibí ese olor húmedo proveniente del mar, y mi estomago me replicaba por un buen desayuno. Todo parecía normal, sin embargo, algo me decía que este día seria distinto, y no sabia el porque.

Ya iniciado el día decidí a satisfacer mi apetito, revisando las despensas encontré un pedazo de carne del día anterior y una jarra de cerveza tibia (odio la cerveza tibia), después de alimentarme ya era hora de seguir con lo mió, tome mis cosas, cerré mi casa y me puse en marcha en busca de algún cliente.

Aun no tengo bastante reputación en la ciudad y mis antecedentes tampoco me han beneficiado mucho en mi búsqueda: -Ah! Por los dioses, no puede partir mi día sin ningún cliente- bueno, no todos los días Moradin le sonríe, por lo que hoy tal vez no encuentre trabajo.
Interrumpí
mi búsqueda para entrenar por algunas horas, en una plaza cercana a mi hogar, pasan las horas y veo como cae el atardecer mientras golpeo un tronco con mi gran hacha. Decidí terminar por hoy mi entrenamiento y retome mi labor de buscar clientela, algo tarde pero ya eh tenido uno que otro trabajo nocturno así que decidí ir cerca de las cantinas con la esperanza de encontrar algún interesado.

Como ya era tarde solo tuve tiempo de ir a dejar mis armas y me apresure a llegar lo antes posible a la posada mas cercana, corrí por unos minutos con mi cota de escamas aun puesta (y a pesar del peso me sentía mejor con ella). -bien es temprano aun, todavía queda unos pocos rayos de sol, Ah! Porque tiene que estar tan lejos- luego de tomar un poco de aire me dedique a mi labor de búsqueda.

A veces los dioses juegan con el destino de los mortales y provocan cambias radicales en la vida de las personas en la vuelta de la esquina, o con el encuentro de alguien. Luego de que mi esperanza de encontrar algún empleo se desvanecía junto con los últimos rayos de sol sentí una mano sobre mi hombro, voltee y me di cuenta de que era un enano de extrañas vestimentas, era extraño, siendo que todos los enanos se negaban a dirigirme la palabra. -buenas noches amigo le gustaría escuchar una propuesta con una jarra de cerveza- esta claro que hoy es un día fuera d lo normal, mi presentimiento de la mañana era correcto y no me queda otra opción que aceptar su invitación, -por supuesto mi estimado amigo- y nos dirigimos a una cantina de las cercanías a charlar y beber un poco.

Entramos a una cantina y mi estimado fue a hablar con el cantinero, al momento regreso con un jarra de cerveza helada (eso aplacara a la del desayuno), luego nos dirigimos a una mesa, nos sentamos y comenzamos la charla. -y bien mi estimado, se puede saber el motivo de su invitación- con la voz mas serena que pude, -pues bien eh notado que no eres como el resto de por acá- señalando mi armadura -pues bien te contare, quiero hacer un viaje fuera de la cuidad, para ayudar a un amigo mío- curioso, es extraño ver a alguien que salga de la ciudad en estos días –los motivos de mi viaje, pues bien eso no te incumbe- jamás me ah importado los motivos de mis clientes siempre que no sean caóticos – en nuestro viaje podremos encontrar tesoros con los cuales podrás quedarte- un soñador eh, me da la impresión que no tiene otra forma de convencerme mas que con promesas – bien mi amigo, es tentadora su propuesta de un viaje lejos de esta ciudad, sin embargo, con promesas no puedo comprar nada, y sabrás que sin dinero no trabajo- pero algo me decía que debía aceptar su invitación, no por que me aya invitado un trago, sino porque creo que será una oportunidad que talvez no vuelva a tener –esta bien mi amigo, le propongo algo, iré con usted y si no me paga en algún tiempo me marcho sin replicar- con una sonrisa me miro y me respondió –por supuesto, entonces es un trato- nos estrechamos las manos –mi nombre es Ulfgar mucho gusto- por lo general no me doy el trabajo de recordar nombres ni siquiera de dar el mió pero esta vez fue diferente –el mió es Thorin, también un gusto, y bien Ulfgar cuando partimos?- se enderezo y luego me dijo –lo antes posible en la plaza, te espero y se preciso- luego de eso levantamos las jarras y bebimos lo que quedaba en ellas con un gran “SALUD” de por medio, nos levantamos y nos pusimos en marcha con un apretón de manos como despedida.

Llegue a mi pequeño hogar tome mi mochila, la llene con lo que mas pude, comida, una antorcha y equipos de acampar junto con mi confiable gran hacha, cerré mi casa, pero me quede contemplándola por algunos segundos mientras recuerdos brotaban de lo más profundo de mi cabeza, ya que por algo me decía que no volvería en mucho tiempo. Era ya de noche y ninguna alma se veía, llegue a la plaza, creo haber tardado solo unos par de minutos, pude ver a Ulfgar en un lado de la plaza y al otro lado venían 2 encapuchados, me dio mala espina, uno era un hombre y para mi sorpresa el otro era una mujer, Ulfgar y el misterioso entablaron una pequeña conversación, por mi parte no me interesa escuchar lo que no me incumbe, lo siguiente que ocurrió me asombro, el humano encapuchado a sus alrededores cerciorándose de que no hubiese nadie mas que nosotros, ha estas horas de la noche todo el mundo se encuentra en las continas o en sus casas, y por si fuese poco nos encontrábamos en un lugar no muy transitado debido a su lejanía del centro de la ciudad, luego la joven leyó un papiro y de la nada salio una puerta de luz –QUE ES ESTO!!, ¿magia?- una de las cosas que odio es la magia, nadie sabe lo que le puede pasar cuando se mete con ella –Bien mi Thorin cruzando debemos partir ya- terminada la frase Ulfgar atravesó el extraño umbral, me dio un escalofrió que recorría toda mi medula, tantee la puerta y con un grito y cerrando lo ojos atravesé, tarde un segundo en percatarme de que no había suelo, abrí mis ojo y pude ver que estaba comenzando a caer desde una gran altura en un extraño y oscuro lugar. El oficio de mercenario me ha otorgado buenos reflejos y una gran resistencia por lo que puede aterrizar sano y salvo, ya calmado y en tierra pude notar que el portal se ubicaba sobre nuestras cabezas y que este se comenzaba a cerrar lentamente, un segundo tardo en reducirse a un tamaño demasiado pequeño para nuestros compañeros pero de el salio un papiro el cual cayo en manos de Ulfgar y después de eso el portal se desvaneció en el aire, el leyó el papiro y levanto la mirada –humano tenia que ser el muy cobarde- no me importaba si venían o no solo pensaba “mas para mi”.

Algo no andaba bien, el lugar era enorme y tenebroso, no había ni la más ínfima señal de vida ni de luz, para nosotros los enanos que vemos en oscuridad total no nos afecto mucho, a pesar de eso sentí un miedo interno, percibí un olor extraño pero no pude notar cual es, y también un gran símbolo quizás decorativo – ¿Ulfgar sabes donde estamos?- paso un momento – en un templo, pero no se de quien no logro diferenciar el símbolo – por si fuese poco el silencio de tumba que en ese momento gobernaba se vio interrumpido por un golpeteo, pude darme cuenta de que una gran puerta estaba tras nosotros, empuñe mi espada corta y me encamine hacia la puerta junto con mi compañero, en ese momento pude notar una voz –déjenme entrar por favor- se escuchaba débil y en mal estado –abre la puerta y si es mas grande que nosotros lo matamos- en el momento en que abrió la puerta de golpe cayo un cuerpo al suelo, era un humano, bastante joven y muy mal herido con cortes en todo el cuerpo –NO! Thorin detente es un niño humano y al parecer en muy malas condiciones- detuve mi estocada –“por fragua de Moradin” que ocurre aquí, el menos parece que aun sigue con vida- alarmado y pendiente del peligro –cuida al niño iré a explorar- dicho esto y ver una afirmación por parte de Ulfgar salí al exterior solo para quedarme sin palabras al no poder creer lo que estaba presenciando, gritos de gente, alaridos, sonidos que parecían rugidos de bestias y una silueta envuelta en llamas en la lejanía –“Por las barbas de…” en que mundo hemos caído- me quede contemplando la escena por unos minutos hasta que decidí regresar pues no quería seguir viendo ese horrible paisaje. Note que el chico estaba mejor, estaba vendado y parecía que pudiese hablar sin problemas – ¿quienes son?- Ulfgar lo recostó para que pudiese descansar –calma joven humano estas a salvo en el templo- intentando incorporarse –muchas gracias por haberme ayudado, mi nombre es Ache, soy uno de los monjes de esta ciudad- “¿monjes?” esta palabra atravesó mi cabeza como una flecha, no pude creer lo que escuchaba, había escuchado de ellos en historias pero nunca en mi vida creí que conocería a alguno –¿Donde diablo estamos?- el monje extrañado respondió –están en Kalethian señor- mire exaltado a m compañero, habíamos sido transportados a miles de kilómetros de casa, “ahora que lo recuerdo pude ver un bosque cuando estuve afuera, ¿no será el mismo que veía en el horizonte desde mi ciudad?” –¿que es lo que te ah pasado muchacho?-Ulfgar mas pendiente del chico que de nosotros, el monje apretó sus dientes en disimulo de su rabia, luego de un momento de silencio respondió –buenos mis señores llegaron en el peor momento posible, de un día común y corriente, el la fecha del festival local a sucedido algo que ni en sueños podrían entender, pero intentare resumir- cerrando los ojos y luego –hoy es el día en donde cada año se celebra un festival, juegos, competencias y demás atracciones, sin embargo, este año un grupo de extranjeros encapuchados entro al festival, el cual resulto ser un grupo de criaturas diabólicas que comenzó a atacar la ciudad- donde se una pequeña pausa, algo mas que comprensible –intente combatir junto con mis compañeros, sin embargo, la fuerza de esas bestias sobrepasaba con creces la nuestra y resulte gravemente herido- cerrando aun mas los ojos –no tuve mas opción que huir de ahí, y fue entonces que pensé en ir al templo por ayuda y fue cuando los encontré a ustedes- no pude creerlo, monjes, invasiones, diablos - Sabía que meterse con magia es peligroso, mira donde nos a dejado- el monje miro con extrañes los comentarios que escuchaba – Ya esta hecho, te pago por mover el trasero no para que te quejes- duro pero cierto –esta bien, mejor ponte a buscar algo para curar al chico mientras monto guardia- el joven monje ya de pie exclamo –Conozco el templo puedo ayudar, sin embargo esta muy oscuro- y me pude dar cuenta de ello al ver que chocaba constantemente con algún banco o silla del lugar, Ulfgar saco una antorcha de su bolso junto con el pedernal, se encendió –Oh! Pero si sois enanos-, posiblemente por la oscuridad y la incapacidad de los humanos de ver en ella le fue imposible darse cuenta, sin embardo, esa no fue su mayor sorpresa…

No se cuanto tiempo nos quedamos atónitos frente al horroroso descubrimiento, era como vivir una mala pesadilla en carne y hueso – ¿Que camino hemos tomado Fharlanghn, para presenciar esta abominación?- concordé con el salvo con la religión, y rápidamente la mirada del Ache se nos vino encima -¿Ustedes fueron los causantes de esto?- señalando a una gran pila de cadáveres, a un torrente de sangre escurriéndose por todo el piso y paredes, como si el templo mismo estuviese vivo –Por mi dios que no hemos sido nosotros- Ulfgar tratando de responder a la interrogante con poco éxito –Niño, si hubiésemos sido nosotros, nuestras ropas y armas maltratadas y cubiertas de sangre estarían ¿no lo crees? – pareciera que esa explicación lo tranquilizo y nos dejo libre de sospecha alguna –tienes razón perdonad mi acusación-. Era sin duda algo espantoso, por la confusión de haber llegado a este lugar tan repentinamente, debió entorpecer la capacidad de percepción de Ulfgar y mía, después de un respiro y unas miradas mas comenzamos a investigar el lugar intentando encontrar cualquier pista sobre la masacre –que los muertos se levante si no hay pista alguna- masculle por la inútil búsqueda – no molestéis a los muerto Thorin, y que en paz descansen-, al cabo de unos minutos se revelo nuestro primer hallazgo, una rejilla que daba paso a un cuarto, Ulfgar tomo una vara e intento abrir por la fuerza la rejilla. Ahí pocas cosas que asusten a un enano, eso lo aseguro, pero esta fue una, un cuerpo que callo de la nada frente a nuestros pies después de que Ulfgar abriese la rejilla –Por al altar de… que diablos… ah! Ya odio este lugar- Ulfgar conteniendo es espanto –No grites Thorin, estamos en un templo, muestra respeto- “¿respeto?”, ni siquiera respeto a mi padre, quien me arrebato mi vida por un ideal que ni me interesa recordar, pero es cierto, con los dioses no se juega. Lo siguiente nos helo aun mas la sangre, un pasillo y un cuarto al fondo repleto de libros, pero también de cuerpos tirados por el piso…

sábado, 23 de junio de 2007

El inicio

Es cruel como nos trata la vida a algunos enanos, no todos nacemos en lecho de un clan del cual puedes llevar con orgullo en tu sangre, del que puedas llevar la cabeza en alto y decir su nombre por toda la cuidad. No mis amigos, no todos son así…. Algunos debemos “cargar” con la existencia de un pasado sombrío, siniestro o vergonzoso.

Mi nombre es Thorin, y si mis espectadores yo provengo de uno de esos clanes, uno nunca decide en que momento y lugar nacer, pero a pesar de eso hay que vivir y esta es mi historia:

Mi clan por muchos años a sido mal visto por los demás clanes de mi cuidad Morhall, muchos años viví con miradas de desprecio, como si mi existencia fuese una piedra en el zapato de los demás. Mi niñez jejeje, bueno no se si llamarlo niñez, ni tampoco hablar de ella me interesa.

Por mi familia, mi padre, el fue la razón por la cual deje mi abandone toda ilusión de una feliz infancia o al menos de intentar tener una, no se que el vio en mi, ¿esperanza? Lo dudo mucho, sin embargo, desde pequeño fui llevado por la senda del guerrero, adentrándome en el mundo de los combates, día tras día entrenando duramente para cumplir sus expectativas. Eso me convirtió en un enano frío, sin motivación en protege a mi cuidad debido al pasado de mi clan tome una senda fuera de las expectativas de mi padre y lo cual no me importo tomar en cuenta, la vida de Mercenario.

Sobrevivir, ese fue el sentido de mi vida en un principio, pensando que la vida de mercenario mejoraría mi posición en la cuidad, sin embargo, fue en vano, no fui visto mas que un simple mercenario, lo que me llevo a despreciar mi ciudad natal.

A pesar de todo lo que eh sufrido o que tenga que sufrir, tengo un sueño, un sueño que he tenido hasta mis 56 años de vida y que seguirá hasta que se haga realidad, el día en donde pueda alzar el nombre de mi clan a una gloria sin fin, el día en donde pueda levantar la cabeza en alto por toda la cuidad. Ese es mi sueño mío y solo mío, que sueño tan extraño para alguien que s vivido cruelmente por culpa de su clan, pues mis amigos algo deben aprender de un enano, no importa de que clan sea tiene un lazo irrompible con el, el honor.


Me rijo por mis leyes por lo que a través de mis múltiples trabajos eh desarrollado mi propio código:

1) Trabajo por dinero y eso no se cuestiona.

2) Sirvo para quien pueda pagarme con dinero no con promesas salvo que sea de confiar.

3) Nunca traiciono a quien le sirvo, soy mercenario pero también guerrero.

4) No sirvo a quien no me agrada tengo dignidad.

5) Cumplir con mi labor encomendada hasta el final cueste lo que cueste.

6) Jamás realizar actos que se opongan a mis ideales.

7) Jamás realizar actos que avergüencen el pasado de mi clan (aun lo honro).

8) Nadie me dice como hacer mi trabajo, a quien le sirvo es mi cliente no mi señor, tengo orgullo.

9) NO soy asesino soy guerrero, no mato por venganza de alguien.

10) Nunca tomo la vida de alguien sin motivo.